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jueves, 12 de julio de 2012


LAS BEBIDAS ALCOHÓLICAS

El alcohol es una plaga que destruye a muchos jóvenes, su núcleo familiar y en consecuencia a la sociedad.  Es tan común A menudo el inicio en el alcohol de muchos jóvenes, empieza en la familia en celebraciones y fiestas donde son los padres y hermanos mayores los que favorecen el consumo, luego ya entre los 14 y 15 años comienza su consumo en fiestas con amigos.  


Las bebidas alcohólicas contienen una sustancia llamada etanol o alcohol etílico, que producen alteraciones negativas en la función mental y la salud en general.  El alcohol es un depresor del Sistema Nervioso Central,  que es absorbida rápidamente por el tubo digestivo y disuelto a continuación en la sangre, que lo lleva hasta el cerebro, donde afecta al sistema nervioso y el hígado. A pesar de la popularidad con la que cuenta es una droga aceptada socialmente por su integración en nuestra cultura, pero lo cierto es, que es una droga muy consumida y que trae problemas en jóvenes y adultos.



Es una enfermedad que consiste en presentar una necesidad de consumir alcohol.  Decimos que hay dependencia cuando una persona siente la necesidad física de consumir frecuentemente y en cantidades cada vez mayores sustancias como el alcohol.   El consumo habitual y creciente de bebidas alcohólicas trae como consecuencia el alcoholismo o dependencia al alcohol.  Podemos decir que es una droga porque genera Dependencia (deseo de seguir consumiendo por placer o para sentirse mejor), Tolerancia (necesita cada vez mayor cantidad para sentirse bien) y Síndrome de abstinencia (produce sudoración, taquicardia, ansiedad cuando se deja bruscamente de consumir).


Muchos jóvenes acuden a ella por sentirse aceptados en el grupo de amigos donde la mayoría consumen, para olvidar los problemas y dificultades, o por los efectos que les hace sentir, alegría, euforia, disminución de su timidez, diversión.  Lo cierto es, que los adolescentes  comienzan a beber a temprana edad y corren el riesgo de desarrollar enfermedades, accidentes, depresiones y hasta el suicidio.



Los principales daños del alcohol en el organismo ocurren en el sistema nervioso, es allí donde  el alcohol produce la deshidratación y muerte de las células nerviosas o neuronas.  Deteriora de la capacidad intelectual, produce alteración en la captación de imágenes y sonidos, disminución de los reflejos y coordinación de movimientos, cambios emocionales y de conducta e irritabilidad. En el hígado produce acumulación de grasas y endurecimiento del tejido hepático, el órgano se reduce, toma un color amarillo, pierde sus propiedades metabólicas y ocasiona la cirrosis hepática de consecuencias fatales.  Cuando una persona se convierte en alcohólico, deja de ser útil a sí mismo, a su familia y a la sociedad, su capacidad intelectual y de trabajo disminuye y se deterioran las relaciones interpersonales, el individuo se convierte en una carga para su familia y para la sociedad.  Hechos delictivos, riñas y  accidentes de tránsito están asociados al consumo de alcohol ya que produce alteraciones nerviosas, agresividad, irritabilidad y pérdida del sentido de responsabilidad

Demostremos amor y respeto por nuestro cuerpo y su salud al no ingerir sustancias que ponen en peligro la vida.  Los jóvenes tal ves no comprendan el riesgo que conlleva el consumo de bebidas alcohólicas, no solamente para su salud física y emocional sino pueden perder la vida vida y su libertad.... ¿Cuántos accidentes de tránsito son producto del consumo de alcohol? 



miércoles, 16 de mayo de 2012

FORMAR Y EDUCAR PARA SER OPTIMISTAS


El optimismo es tener la seguridad de que las cosas saldrán bien, es enfrentar los problemas de la vida desde otro plano, ser optimistas nos permite vivir con tranquilidad y alegría y evitar frustraciones.  Estudios previos han ligado el optimismo al éxito en la educación, en una carrera profesional, en la política, en la familia, y en la salud.  Ser optimista nos ayuda a enfrentarnos a los problemas y dificultades de una manera distinta, el optimista considera que los fracasos se pueden cambiar si lo volvemos a intentar, por el contrario el pesimista se deprime y se hecha la culpa por no lograrlo. El pesimismo cierra las puertas al cambio, comunica derrota y baja la autoestima

Estudios han demostrado que ser optimista refuerza nuestro sistema inmunológico.  A veces hemos escuchado a una persona decir que ser optimista mejora nuestra salud y las posibilidades de recuperación. Si, esto es muy cierto, si dejamos que nuestra vida esté guiada por malos sentimientos, como la ira, el egoísmo, los celos, la envidia, miedos, preocupaciones, entonces nuestra salud empeorará.  Las emociones negativas hacen reaccionar a nuestro sistema inmunológico, quien ante lo que pasa, se siente atacado y necesita regresar al equilibrio.  Para ello debe se provoca un aumento en la producción de determinadas hormonas.  Si por el contrario nuestra vida está guiada por valores  positivos y buenos sentimientos  atraeremos cosas positivas y nuestro sistema inmunológico se fortalecerá, lo que significa que estaremos cuidando nuestra salud, tanto física como mental.  Muchas veces tenemos insomnio porque nos acostamos fatigados con una cantidad de pensamientos negativos que no nos dejan conciliar el sueño, esto le ocurre a niños, jóvenes y adultos.   Al no dormir bien, estaremos cansados e irritables lo que se puede convertir al poco tiempo en gastritis o úlceras de estomacales.  Recuerden que el stress mata. 
 
Los padres y los docentes somos modelos de conducta,  por eso debemos cultivar el optimismo si queremos formar o criar jóvenes con la convicción de que los problemas son oportunidades para crecer y mejorar, no para estar tristes y sentirnos mal.  Como padres optimistas los problemas lo veremos como oportunidades para fortalecer nuestra relación con los hijos.  El optimismo se contagia, por eso como docentes debemos estar entusiasmados al transmitir  conocimientos y mantener  un clima alegre en nuestras aulas, dejar que cada alumno resuelva por sí mismo sus dificultades, pero apoyándolo cuando sea necesario.   Quitar de nuestro vocabulario palabras como  “no cambiarás nunca”, “siempre lo mismo”, “otra vez igual” son palabras que comunica al hijo o alumno que no es capaz de corregir sus errores. 

Mas bien aprendamos a mirar el mundo, nuestra escuela, nuestra familia con los lentes del optimismo, el secreto está en vivir:
  • Con constancia, esfuerzo, entusiasmo y dedicación
  • Animarnos a probar nuevas experiencias
  • Confiar en nuestra capacidad para resolver y superar obstáculos
  • Aceptar con calma lo que no podamos cambiar
  • Tener pensamientos y palabras positivas
  • Vivir el momento no permitiendo que la ansiedad nos distraiga de las cosas lindas que tenemos a nuestro alrededor
  • Reír, amar
  • Pensar que los problemas no son eternos más bien tener confianza en que se superarán
  • Tener un proyecto de vida realizable con metas sencillas y asequibles que nos abrirán el camino para otras de mayor alcance y por último
  • Vive y disfruta tu presente.